Y no fue magia, ni fuerza de voluntad ciega. Fue un proceso. Un viaje.

Un viaje que empezó en silencio, en la soledad de una habitación, con un ordenador prestado y una conexión a internet que se convertía en la ventana hacia un mundo nuevo.

Recuerdo aquellas madrugadas, cuando mis padres se iban a dormir y yo me quedaba frente a la pantalla, hasta las cinco o seis de la mañana, aprendiendo sin saber del todo qué estaba construyendo, pero con la certeza interna de que ese era el camino.

¿Y cómo olvidar esos primeros instantes que lo cambiarían todo?
La primera vez que recibí un mail desde el otro lado del océano..internet nacía.

Y no se le parece nada al que conocemos ahora, no había reels, ni streaming, ni tik toks, ni stories, ni siquiera redes sociales, internet era otra cosa, y en su mayoría, se consumía contenido escrito. Había que pararse, y leer. En la era del fast-food del contenido, mis cartas intentan hacerle un homenaje a aquel internet.

Si me hubieras dicho hace unos años que un día estaría entrevistando a personas increíbles en nuestro propio podcast, me habría reído y mucho. Porque yo era ese niño que en la guardería se quedaba quieto cuando todos bailaban. Ese que temblaba cuando lo sacaban a la pizarra. Ese chico tímido e introvertido que pensaba que su voz no valía. (y sonrío al recordarlo, igual que la forma en que mi madre suele contarme esta anécdota, con una mezcla de ternura y orgullo.

¡Está claro que el miedo siempre está presente!. Miedo a lo que dirán, miedo a no ser suficiente, miedo a exponerse. Pero aun así, había algo más fuerte que el miedo que me empujaba a seguir. Estaba encontrando mi propósito sin saberlo.

Normalmente el futuro suele ser una réplica del pasado. La vida es un puro juego. Simplemente cambian los personajes, las circunstancias, pero el futuro no cambia por arte de magia. No vas a tener una mejor o un mejor cuerpo si te sigues alimentando igual y no haces deporte, no vas a tener un mejor trabajo si continúas en el que estás y no haces nada para cambiarlo. No vas a tener mejores relaciones personales o de pareja si sigues haciendo las mismas cosas de siempre, absolutamente nada va a cambiar si no cambias tú primero.

Te aseguro que tu futuro es exactamente igual que tu presente pero con otro escenario y con otros personajes. No vayas a que te echen las cartas del futuro. La cartas del futuro están dentro de ti, las echas cada día con tus hábitos y decisiones.

Te podría tocar la lotería y creeme, y tu futuro será exactamente igual.

¿Cómo se llega hasta aquí y se empieza a actuar a pesar de los miedos que tenemos todos?

Miedo a que van a pensar, miedo al qué dirán, miedo a exponerse, miedo a vulnerabilizarse, miedo a ser auténtico y decir lo que uno piensa de verdad, miedo al miedo. Cómo todo en la vida, es un proceso. Pero no un proceso de pelea, ni un proceso de fuerza de voluntad, ni un proceso de pelear contra tu timidez o contra lo que sea que quieras “luchar”.

Es un proceso de elevar tu nivel de conciencia o lo que es lo mismo tu autoestima, tu autoconcepto o tu autoconfianza. En otras palabras, pensar y actuar como eres y como somos todos, seres completos desde nuestro nacimiento y no como nos han dicho que somos o como nos creemos que somos por nuestras experiencias previas.

En mi caso, empezó por descubrir mi propósito. Le preguntaban a Steve Jobs si tuviese que elegir una clave para llevar una compañía adelante y su respuesta fue clara: que sea algo que realmente ames hacer.

Cuando realmente descubres algo que realmente amas te saldrá solo el evolucionar en ese campo, empieces desde donde empieces. En mi caso particular, partí de un ordenador y una conexión a internet en casa de mis padres. En un contexto que me ayudaba con mi timidez, solo, aislado y con acceso a un mundo de información. Desde los 18 años pasé los primeros 5 años del nacimiento de internet y de mi mayoría de edad aprendiendo por las noches. Desde las 12 que mis padres se iban a dormir hasta las 5 o 6 de la mañana, me las pasaba aprendiendo. Había un punto de inconsciencia que no sabía muy bien lo que hacía, pero algo me hacía sentir que era por ahí.

Podemos decir que trabajé durante 5 años completamente gratis, aprendiendo a hacer webs, a diseñar banners, a programar bases de datos, a mandar mailings, a crear foros, a administrar servidores, a todo aquello que hoy hace falta para manejar una compañía en internet sin saber que estaba aprendiendo lo necesario para mi futuro como emprendedor. Hice un master sin apuntarme a un solo curso, de manera completamente autodidacta, sin pagar ni un solo euro pero con lo más valioso que tenemos todos, nuestro tiempo.

Siempre hay una primera vez para todo, y sí, despedir a una persona siempre es duro. Pero este, el primero, lo fue de una manera especial. Con el tiempo comprendí que los despidos, aunque duros, pueden convertirse en un punto de liberación para ambas partes cuando se viven con sinceridad. La primera vez duele, incomoda, remueve y te sacude. Pero también abre una puerta, la de reconocer que el miedo se atraviesa cuando eliges la coherencia y la honestidad. Esa noche sin dormir fué una de las tantas en las que atravesé mi timidez por evolucionar.

Y así, paso a paso, fui comprendiendo que no se trataba de luchar contra mi timidez, sino de elevar la conciencia. De no forzarme, sino de enamorarme de lo que hacía. Porque cuando lo que haces nace del propósito, el miedo pierde fuerza.

Y ahí está la clave, el propósito siempre gana. Amar lo que haces.

Hoy miro atrás con gratitud y hasta con nostalgia.

Cada madrugada, cada correo, cada temblor en las manos antes de atreverme, fueron el puente hacia lo que soy ahora.

El niño callado sigue dentro de mí, pero ahora sabe que su voz tiene un lugar.

Y ese lugar es EN MODO AVIÓN.

El mismo lugar desde donde queremos conversar con quienes, como nosotros, también se atrevieron a actuar a pesar del miedo, a vivir desde el propósito y a inspirar con su ejemplo.